Aventuras de la moda I: Los Olores

Pasas por las puertas de las tiendas, y oye a veces lo de entrar ahí es toda una aventura de riesgo. Me explico. Los olores. Y os preguntareis ¿Pero de qué habla esta chalada? Pues señor@s los olores de las tiendas en las que entras a comprar dice mucho.

¿Quién no ha entrado en la tienda Blanco y ha querido una mascarilla anti-gas por el olorazo a petróleo que desprenden los zapatos? Bueno y no hablemos si osas entrar en las tiendas fashion de chinos...

Una vez trabajé en una tienda muy mona, la verdad, pero no os voy a engañar: el ambientador era de la tienda de todo a 100 que había a dos manzanas. Lo malo, y ahí está el tema, es que me obligaban a decir que era una fragancia francesa especial. Vamos un fiasco.

Si entras en las se la calle Serrano, amigos, eso es otro cantar. En Loewe huele a piel y champagne, que te lo ofrecen según entras. ¿Para tratarte bien? No sé para dejarte seca como la pirámide de Keops seguro que sí. También está la versión tienda en la que hueles ligeramente a vodka y no porque las dependient@s empinen el codo, sino porque las vitrínas de aluminio se limpian de maravilla.

Si vamos a Inditex, entre sus tiendas también hay algunas diferencias. Berskha, aparte de la música infernal en la que es mejor llevar unos cascos, el olor a plástico y pachuli, exíste ¿O no? Zara es algo normal, yo nunca huelo a nada, excepto si te acercas a la zona de perfumes y cosmética. Y Massimo Dutti... ahí ya huele a piel, piel que te dan unos hachazos como alpargatazos.

Y la última cosita, hay una tienda en la calle Menorca de Madrid que tienen unos abrigos ideales, pero la cosa mala está por llegar. La señora que los hace tiene un perfume taaaaaaaaaan fuerte que lo hueles desde 200 metros de su tienda. Imagináos para quitar el olor del abrigo, lo tuve ventilando al menos 2 meses y aun hoy me viene alguna ráfaga que soy capaz de quedarme desnuda con tal de no olerlo. La que sí que huele muy bien, que nunca me querría ir es Woman Secret...

¡¡Ah!! Y luego están las tiendas de segunda mano, que yo las amo, eso que quede escrito en las piedras sagradas de PSL, pero uff a veces... Algunas huelen a rancio, vamos a reconocerlo. Otras huelen a incienso en un intento zen que a mi lo único que me provoca es el ahorcarme con un cinturón ideal de los años 60.

Que le vamos hacer, si queremos seguir comprando es lo que hay. Para que luego digan que las compras no son peligrosas.

Una preguntita: ¿Quién no ha entrado alguna vez a El Corte Inglés y se ha echado de su perfume como si no hubiera un mañana? No lo neguéis.