Las drogas que consumimos las mujeres

Las mujeres tomamos drogas. Y a veces muy duras. Somos yonkis, vamos en cundas. Esta es la conclusión a la que he llegado después de tres horas al teléfono con mi amiga Marta. Y digo que nos drogamos como excusa barata ante una mala elección varonil. Anda, valientes, que seguro que sabéis de lo que os hablo. Si no te ha pasado es que aun eres virgen, por favor, sal de aquí si no has conocido mozo. De nada.

Alguna vez, TODAS, hemos estado con un tío un tiempo determinado de nuestra vida, que nos encantaba, nos parecía lo más... y luego, cuando el amor se acabó, decimos: ¡¡Pero qué tipo de retraso borderline tenía en la almendra!! ¿Cómo me podía gustar ese murrión? ¿Quién me había engañado? Bienvenidas al mundo de los estupefacientes de las mujeres. 

Sí, mi querida amiga que estás al otro lado. Tú también has probado este narcótico que se llevó por delante a Carmina La Divina. Tú has dicho: "Mira que feo es, pero como me gusta". Hablemos de ello. Charlemos sobre lo dura que es la vida cuando nos despertamos del dardo de la pasión. Mirad, en esta vida hay gente como Joaquín Torres, el arquitecto, que está casado ¿Qué esperáis? Nosotras podemos tomar las pirulas que queramos. 

Ya un día os conté que yo tuve un novio, que no me llevaba a la bahía, ni me decía vida mía... que se presentó con su novia (en plan, descarado diciéndome: sí, te puse la cornamenta, venao ¡Pasa algo!) en una fiesta, pero era fea. Muy fea, como él de feo. Cosa que celebré echándome unos bailes dicharacheros. Toma, toma... ¡Qué ceguera! ¡Qué palo no me dieron mis amigas en la parte central del espinazo! Solo os diré que mi círculo cercano le puso el sobrenombre de Paquirrín. Y yo siempre he sido bella, como una camella. Las cosas como son. Al pan, pan y al vino, vino. Todo fue muy duro cuando dejé de pincharme la heroína del amor ciego. Es como tener de novio a Juan Peña, pobre, tan alelao y tan cuchifrito.

Y me tenéis que creer cuando os digo que yo se de drogas. ¿Por qué? ¿Por qué me he puesto como La Greca mala? No, porque tengo el poder de inventarme nombres de drogas. El sábado decidí que la nueva drogaína de moda es el HDMI. Ahí queda eso. Y me quedé tan picha.