EL LANZALLAMAS: Edurne (la cantante)

Os parecerá que la aclaración entre paréntesis no importa, pero sí, que puede llevar a confusiones con la alpinista. Es una gran tuitera, eso está claro y se lo aplaudo, no merece tanta ovación, sin embargo su nombre de usuario: ¿@Edurnity? Y como se de antemano que sus fans se me van a tirar a la yugular, aviso de que solo me voy a meter con su pésimo gusto a la hora de vestir y sobre todo, su pelo.

Bien, comencemos. Tiene cara de maja, de algodón de azúcar pero empachá me tiene, ella y los RT de @Hola.com que me RT a gente que me asusta solo de pensar que pueda ser follower suya. Edurne es una de ellas. ¿Qué es la más sexy por la revista FHM? Pues fenomenal. Sexy sí, buen gusto y estilo jamás.

Allá por el 2007 aparecía presentando unas muñecas llamadas Hi Glamm y le preguntan en una entrevista si se siente identificada con ellas. Ella responde que sí y claro, no le voy a contradecir yo, Dios me libre. A la vista está que Edurne es amiga de las sudaderas rosas así como de los plumas negros brillantes a lo "jinete del mal" mientras ondea su melena recién rizada con tenacillas.

Los bucles en el pelo, quemado en tu caso, deberías cambiar de peluquería, solo se ponen en las bodas gitanas y Jessica Bueno en Simof 2012 (¿verdad bloggeros sevillanos?) mientras te cantan la canción del pañuelo. El color de pelo te hace un flaco favor, de verdad, desde el cariño: usa un serum, una mascarilla, aceite de oliva, crema hidratante, grasa de caballo... ¡Herbal Essences o lo qué sea!

¡Dios es que lloro lejía cuando te veo en algunas fotos! Lycra en los vestidos, que si que serán muy de Hervé Leger y todo lo que tu quieras pero, hija, una tallita arriba o abajo en este caso si que importa. ¿Por qué? Porque para sentarte te tendrían que rodar como una croqueta, que veo yo que no arrancabas con este vestido.


Y si la lycra os parecía poco, os informo también de que usa medias de cristal ¿Creíais qué ya no estaban a la venta? ¡Ay ilusos! Edurne sabe que para brillar hay que usar medias de cristal. Eso, y llevar los pechos sobre el escote como albóndigas convertidas en filetes rusos.