Guerra de departamentos en las cenas de (empresa) Navidad I


Voy a relataros como veo yo las cenas de Navidad de las empresas. Reconozco que solamente he estado en 2 ó 3, nada más. Allí la exaltación de la amistad traspasa las fronteras de lo habitual y tu vestido, ese tan ideal que te has colocado dura en su sitio el primer plato. Con el pelo no sabes que hacer porque ¡¡Ay Dios!! Cuando te tomas una copa de vino te lo balanceas más que Carmina "La Divina", total que terminas con el pelo a punto de nieve con pequeños rastafaris campando a sus anchas.


Recepción de la invitación
Cuando recibes el mail pertinente, dices: "¡Buf! Qué pereza ¿no?" Aunque la pura realidad es que piensas: "¿Qué me pongo sin parecer que voy de boda? pero es que quiero impresionar, siempre me ven con mis pintas de profesional como la copa de un pino, pero sin tacones". Ésta última, amigos, es la realidad de la vida ¡Qué no os la cuelen!.

¡Ha llegado el día de la cena! 
Llega el día y en la oficina, "la de editorial" no para de sacar fuego al chat interno mandando links de la web de Zara (Que será sin duda, de las más elegantes del evento) diciéndole a "la de marketing" (copiando un poco GQ) lo que se va a poner. Incluso, en alguna ocasión se confunde de chat, que es muy traicionero, y se lo manda a aquella con la que nunca habla "de la otra sala" (con desdén) y le dice: "Tía, esta noche llévate gafas de sol porque voy a deslumbrar". Luego te sientes como si alguien te saludase en la calle, le devolvieras el saludo y en verdad, la realidad es que saludaba a la que venía detrás de ti, todo un trauma. 

Recogida de bus
El próximo paso y no menos importante es llegar con elegancia al "correo" (Autobus de línea en Toledo) que os lleva al lugar del piscolabis. Tu, tan apañada, llegas en taxi y escudriñas a cada uno de los asistentes para reafirmarte en tu innata elegancia porque vas de lo mejor. Pues hay algunas que claro, van demasiado cortas. ¡Uy! Quizá era "la de marketing" que es amiga tuya. Solo por eso, porque te cae bien la dejas vivir en paz. 

Luego está "la del jefazo" que se ha plantado los mismos taconazos que tu y piensas "el suelo del sitio de celebración bodil con sus cortinajes barrocos resbala una barbaridad, a ver quien baila el Porompopero". La que parece que da las indicaciones, pero todo el bus, fijo que está pensando que no tiene ni cagalera idea de donde vamos. 

"La no me saco partido" va realmente muy mona y le sueltas "Qué bien vas hoy ¿no?" Ella te mira y piensa "Maldita, ¿Quieres decir que nunca lo hago?" Levanta pasiones entre los invitados sobretodo entre aquel "el maduro-casi arrepollao" que no para de mirarla. 

Luego está el eterno debate de si esa chica, "la sin nombre" porque nunca habla lleva medias o es de las atrevidas que va con la pantorrilla al aire mientras hay -8º. Finalmente, yo llevaba razón. Ni rastro de medias. De las que no hablan pero que van bien hay en todas las cenas de Navidad. Yo de la gente que no lleva medias en invierno, no me fío, es una manía. 

¿Quieres saber que pasó al llegar al lugar del guateque y cómo termina la compostura de los presentes y sus camisas? 

CONTINUARÁ...

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