martes, 10 de noviembre de 2015

Boda de Eva y Cayetano, esa boda a la que todos estábamos invitados

Claramente, la portada de Hola! de la boda de Eva González y Cayetano Rivera la ha elegido Sara Carbonero. Podrían haber elegido una fotografía en la que ella no saliera con una vena como Terminator en medio de la frente, a punto de estallar y llenarnos a todos la casa de parte de su cerebro.Y voy un paso más allá, un poquito de photoshop en la nariz, la tiene roja de llorar, la pobre. Que ella es bella, lo sabemos, lo sabemos; pero oye, en esta imagen ni ser una miss le salva de la quema. Me pregunta un amigo estos días: ¿De dónde es el vestido? Ella va impresionante. Le digo que de Pronovias y no me cree, anda, ¿para qué voy a engañar yo a nadie? Si es de Pronovias, pues lo es. Claro que Lourdes, su cuñada, podría haberle hecho el hato de novia pero no, Eva puso la excusa de que ella con la niña Carmen está muy liada y tal, no te preocupes... Vamos, que no.

¡Qué guapa! ¡Qué impresionante! ¡Qué preciosa!, gritaban los lugareños de Mairena de Alcor. "Nosajodío", si ella no va guapa con esa planta... ¡Ya me diréis! Como dice mi madre: "Con buena p**** bien se j***" Y cuánta razón tiene mi sabia madre. 


Dicho esto, por aclamación popular, daré las gracias a Eva y Caye por habernos invitado a todos a presenciar su paso por la vicaría, como dice Titiriteando: "Lo hemos pasado muy bien, todo estaba buenísimo y hemos bailado hasta el amanecer". Y tiene razón, todos estuvimos en esa boda. 

El país estaba dividido en dos: la gente que seguía esta boda y la comentaba en Twitter, "oseasé": la gente que mola. Y los intensos de la vida como Ana Pastor que tuiteaba todo lo que se decía en "Al rojo vivo", programa de La Sexta, que a la sazón presenta su marido, Antonio García Ferreras. Y es que, amigas y amigos, en esta vida hay tiempo para todo, pero siempre he preferido ser de los molones y no de los profundos. Tú eliges: o molón o tostón.

Raquel Revuelta iba que podría pasar el invierno en Siberia y no se enteraría de nada. A ella el frío no le pilla desprevenida, ella va bien abrigadita con su traje de lanita en Sevilla y en pleno veranillo de San Martín. Se pasaría un día con las carandacas sudando que te suda, luego no podría bailar, esto es como el que quiere adelgazar y se pone film transparente, pues RR, lo mismo. 


Elena Tablada, Elisabeth Reyes, Raquel Rodríguez y María José Suárez también fueron al bodorrio, claro, son amigas de la novia Eva. ¿Cayetano tiene amigos, por cierto? Sus hermanos no cuentan, eh. ¿Tiene o no tiene? Yo es que con Cayetano y su corbata gris perla de ("voy a arrancarme los ojos con un pincho moruno y los voy a echar a la Thermomix") como que no me despierta confianza, me parece más bien algo complicado de entender. Si mi futuro marido viene a mi "boa" con una corbata así corro sin mirar atrás. Joer, si a mí quien me gusta de esta familia es Paquirrín y La Divina, sin sus lloros y mantillas nada es lo mismo.



A ver, volviendo a las misses y a Tablada, que ella no es miss, pero a veces cree que sí y no. ¿Sabéis? Las misses iban vestidas por María José Suárez que eligió hacer una putada a sus amigas obligando a todas a vestirse de sus diseños. Me dicen unas entendidas en costureo que los trajes estaban mal cosidos, ahí lo dejo, que yo de máquinas de coser no sé nada. Yo creo, a mi entender, que los vestidos tiran de la sisa. ¿O cómo lo veis?




Elena Tablada, ¿es amiga de Eva? ¿Desde cuándo? ¿Por qué? ¿Cuándo se ha conocido? ¿Por qué Elena me levanta tantas dudas? A una boda no se puede ir como una profesional de la nada, no se puede ir enseñando el higadillo como si fueras a Fortuny, querida mía, al Palacete del marido de Mar Flores, sí. A la boda religiosa de una amiga, no. Seguro que los lugareños de Mairena te han sacado un cantar: "Mírala, mírala, por allá viene Jan Jan Binks".


Antes me caso con Carlos Telmo que me parece un "salao" (no sabía quién era Telmo hasta que lo he buscado, y vosotros tampoco, no os hagáis los interesantes, coño) y así organiza la boda. Va estupendo, original y tiene pinta de bailar muy bien sevillanas. Pero los hombres tras la primera revuelta bailonga, a la barra, no queremos hombres que se crean que están en la academia de bailes de salón.

Quiero a esta gente. Quiero a Pepe, mi paisano. Quiero a Samantha y sus gambas a la gabardina en su tocado, su imposible y original mezcla de todo. Y bueno, a Jordi lo quiero porque lástimica de chaqué alquilado que le quedaba como a un Cristo dos pistolas. Pero Jordi lo pasó mal, creo yo, ahí todo enamorado de Eva. Hay una foto en Hola! que comenta @VocesWed que se le ve ahí sufriendo un poco en plan: "Te vas, me dejas y me abandonas", como cantan Los Chichos.

Quizá no, eh, quizá estamos aquí haciéndonos unas pajas mentales todo locas que nos hacen merecer la extinción eterna de este planeta sobrecalentado. Os contaré que uno de mis mejores amigos se casó y no pude ir a la boda. Cosas que pasan. Y los padres de mi amigo pensaron que no iba porque no superaría el hecho de ver a mi amor casado con otra. Siempre creyeron que estábamos enamorados y que yo ese día estuve devastada por la tragedia del desamor. Para nada, son suposiciones enloquecidas.


Estas dos chicas, madre del amor hermoso y la Virgen de los Desvalidos. A Vicky se le ha ido la mano con el asunto de los rellenos, las operaciones estéticas y tal. Lleva la Ballerina en el bolso, luego se arrancaba un poco de tela de las mangas y se ponía a limpiar las mesas. De verdad, esos guantes son los que usamos en mi casa para fregar los cacharros. Iguales, del mismo tono y todo. Mira que siempre he defendido a Vicky, pero... Son como Martiro y Angustias, las dos hermanas solteras de la Casa de Bernarda Alba.


Lourdes Montes "a pezón abierto", pobre mía, tenía unos pechos que podría haber alimentado a toda la boda haciendo con su leche materna una sopa de almendras. Jesús, qué pechos. Por lo demás, a mí me ha gustado bastante cómo ha acudido al evento del año. Su marido, Francisco, se ha empeñado en pensar que debe torturar al personal con su obsesión por ser más alto y se pone la chistera. Pero va mejor vestido que Cayetano, y eso que era su boda. 


Me gustó Sandra Aladro, la periodista que llegó con chistera como Fran. Ella siempre suele alejarse de las fotografías, pero en esta ocasión, querida Sandra... no ha podido ser. Además, es una tía encantadora y no voy a decir nada malo de ella. Me cae bien y tenemos amigos en común a los que quiero. Y ya está. Venga, este miércoles nos leemos en Twitter con @RepasoHola para poder seguir chismorreando un poco más. 

lunes, 5 de octubre de 2015

Las cenas con amigos a los 30


Las cenas con amigos a los 30 años son un poco dramáticas, a estas edades tus colegas ya no van solos, van con sus parientas (sí, todavía se usa este disparatado concepto para referirse a sus mujeres). Todo el mundo va de dos en dos, como Pili y Mili, como Mario y Luigi, como Las Grecas, como Estopa. 

El ágape era en casa de uno de ellos, llegué tarde, como toda la vida de Dios, ¿para qué vamos a cambiar las cosas a estas alturas vitales? Y allí estaban ellos esperándome, sonriendo, queriéndome como el primer día que nos vimos... y con sus mujeres. Llegué tarde, acelerada y con un vino de más. Ellas me miraban con cara de Shin Chan, y ellos, rotos de la risa me preguntaron: "¿Pero con quién te has morreado en el portal?" Yo no entendía nada de nada, os lo juro. "¿Qué con quién, qué?", les espeté. Luego lo entendí, claro, tal cual llegué (y tras saludar a sus esposas) uno de mis amigos me empujó hasta el espejo más cercano. ¡¡Madre Santa!! Qué imagen más aterradora la mía en esos instantes. Parecía recién salida de un club de carretera mientras huía de un cliente enloquecido. Pelos revueltos (como siempre) y el pintalabios rojo pasión corrido desde la nariz hasta la barbilla. ¿Y esta es vuestra amiga la que faltaba por llegar?, debió pensar la santa señora de mi compadre. Pues sí, soy yo. 

Todos me miraron estupefactos. TODOS. Ellos porque siempre se ríen de mis hazañas inverosímiles y ellas porque no entendían las razones por las cuales sus maridos me adoran y son amigos míos. Yo sí lo entiendo. Sí, en serio, lo comprendo. Me quieren porque soy como ellos. Soy una mujer con un pelo estupendo que conduce como un tío, suelta comentarios deslenguados a la menor oportunidad y no se escandaliza con la palabra follar. "¿Follar? ¿Ha dicho follar? ¡Oh, Dios mío!" Ellas prefieren decir hacer el amor, ¿sabéis? Yo no. 

Los encuentros con amigos a partir de ciertas edades son un riesgo, corres la fatalidad de que dejen de amarte tal y como eres. Ellos no, ellas. Las esposas me escanearon, me vieron en esa aparición estelar y pensaron: ¿30 años y soltera? No me extraña, con esa facha... Menuda la que puede liarte en una comida familiar. 

Tendré que volver a intentar causar sensación la próxima vez, bueno, no, si sensación causé. Está claro. Me buscaré para la próxima cena un gigoló por horas, van a ver cómo me las gasto. Un profesional guapo, inteligente y con el que pueda usar la palabra follar sin pegar un respingo del asiento.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Jon Hamm (Don Draper) es un molón


Jon Hamm está soltero. Repetid conmigo: SOLTERO. (Gritos, vítores, aplausos, hurras, bailes a lo Iceta) Saboreo el significado de cada una de estas sílabas entrelazadas, mientras imagino que tengo alguna (enloquecida) oportunidad de affaire. Sí, soy una ilusa, pero si a las modelos las encuentran en las cafeterías mientras piden un donuts, ¿por qué yo no voy a encontrarme cualquier día con Hamm? Una jornada cualquiera, mientras voy en autobús por la Castellana a alguna exposición moderna, aparecería Don Draper en la puerta con su bonobús dispuesto a enamorarse de mí. Así es como lo imagino yo, aunque reconozco que hay maneras más estupendas de que me pidieran matrimonio o algo, una cita, sin más. No creáis, ya una vez me pidieron matrimonio mientras estábamos en ropa de casa, y así las cosas no se hacen, así que me vi obligada a decir que no. Pero esta es otra historia.

El 8 de septiembre se anunciaba que lo dejaba con su novia tras 18 años. ¿Que cómo se llama su novia desde el año 97? ¡Qué importa! Uy, si me pongo a pensar en este año, cuántas cosas podría contar, imaginad que contaba en mis carnes con una tempranísima edad. ¡Ay! (Suspiro) Prosigamos.

Ahora lo que nos interesa es que alguna de las mujeres del planeta puede acostarse con Hamm o con Don "soy-un-fucker-de-la-vida", ¿seré yo, Señor? Preguntaré al Altísimo como si de San Pedro se tratara. 

¿Sabríamos diferenciar a Donald Draper de Jon Hamm? Mucho me temo que no, a quien amamos es al señor de la serie, al personaje que entraña, a las putadas que les hace a todas y todos, pero ¡cómo nos pone! ¿Sí o no? ¡Qué canalla el tío! ¡Qué cuerpo! ¡Qué sensualidad!

La parte positiva es que Draper, que no Hamm (que sepamos), copula con todo tipo de mujeres y de diversas profesiones abriendo una puerta a todas, sin discriminación. Otra duda es si queremos ser la esposa o la amante de Don. Amigas, no os escondáis, lo tenemos clarísimo: preferimos ser su querida. Cuando eres manceba y no oficial casi no hay peligro de sentir deseos o necesidad de querer salir al jardín de casa a matar pájaros con una escopeta. Todo ventajas.

Vale que se autodestruye, bebe y fuma como si de un yonki adinerado se tratara, que tiene la mente muy oscura y que no está programado para amar, pero, ¿quién le pide esto? Draper es maravilla. Tanto, que me dejaría castigar por su implacable rictus de hombre duro y dominante. Aunque esto es mucho decir, siempre he sido yo de las mandonas y no de las obedientes. Cada vez que encendía un pitillo sentía unos deseos irrefrenables de fumar, igual que cuando en The Good Wife la tía se mete esos copazos de vino o cuando Las Gilmore no paran de tomar café. Ya veis, soy una mujer fácilmente impresionable pero no "traumatizable".

La noticia real es que Jon Hamm se llevaba anoche un Emmy en la categoría de mejor actor dramático por Mad Men (HBO) y lo recogía recordándonos las razones por las nos arrancamos medio pulmón cada vez que suspiramos por él.


En definitiva, nos va la marcha.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Un amor que te cagas

Hoy vengo aquí para hablar de amor. De las dificultades y la vergüenza desmedida que se pasa en muchas situaciones locas que a veces tienen un final... Bueno, a veces feliz y otras veces no.



Los protagonistas de esta historia de LOVE totaaaaal tienen nombres, ficticios, claro, aún quiero que sean mis amigos. Ella es Sara, una chica monísima, romántica y aventurera. Y él, Sergio, con un cuerpo y una sensualidad que maravillarían a cualquier mujer. Comienzan a salir, una cita, otra, otra y otra. Están colados como el buen café. Ella tenía un viaje preparado desde hacía tiempo y Sergio, cogiendo el toro por los cuernos, comenta con Sara que se va con ella. Y que él es un hombre de los de verdad, de los que te cogen y te doman, de los que valen para el puesto, vaya.

Y como la pasión les ciega, allá que se van, a Kenia. Sí, amigos, una ideaca lo de irte con tu nuevo amor de viaje a un país exótico donde vas a estar la mar de bien, con una higiene máxima, ya sabéis. 

Total. Se van de viaje a los quince días de conocerse. Cosa que tiene un porcentaje por igual de romanticismo y riesgo. ¿Es una buena idea?, os preguntaréis. Paciencia. Entre las muchas actividades que el cachas y la romántica decidieron hacer había un safari. Sí, una expedición donde vas con un coche para ver animales salvajes, exóticos y disfrutando de ellos en su hábitat natural. Una cosa maravillosa en la que no te puedes despistar ni un segundo, si sales de tu vehículo a motor puede que vuelvas a España sin piernas o sin brazos, cosa que no me parece nada apetecible. Desde la empresa organizadora se encargan de meterte el miedo en el cuerpo, te enseñan fotografías de humanos mutilados por el ataque salvaje de un león o un guepardo. Te haces caca encima, vamos, decides inmediatamente que no bajarás del coche bajo ningún concepto.

Preparando el viaje, Sergio y Sara fueron a vacunarse, cosa muy importante, viajeros. Como es habitual les recetan "Malarone", unas pastillas contra la malaria que tienen efectos secundarios incómodos entre los que podríamos destacar la diarrea. Todos lo sabemos. Diarrea, sé que es un término con cero glamour, pero las cosas son como son.

Cogen el avión, se plantan en Kenia en un hotel aceptable y con encanto. Sin grandes dispendios, que tampoco mis amigos son terratenientes. Llegó el día del safari, el Malarone comenzaba a hacer sus efectos. Ella conduciendo, mientras él hacía fotos... Sergio comienza a sentir unos retortijones que casi se arranca la piel a tiras. Salir del coche no podía ser, un baño cercano un deseo imposible. Ella seguía conduciendo, manifestando sus nervios con una risa incontenible e intentando dar una solución a un problema cotidiano a la par que vergonzoso. Sergio, pobre hombre, reprimiendo el dolor abdominal. Se acabó, no hubo final feliz. En su fuero interno pensaba: "¿En serio me va a pasar esto a mí?" Pues sí, le pasó y, además, varias veces. Se cagó vivo, perdonad la franqueza.

Ahora están casados, tienen dos hijos y quieren volver a Kenia, que total, si ahora alguno de ellos se caga tampoco va a pasar nada. 

martes, 31 de marzo de 2015

Compañeros de trabajo que no tienen filtro


Os voy a contar una de esas historias que le ha pasado a la amiga de una amiga, ya me entendéis, como cuando tu madre te pillaba con tabaco con 15 años y decías que era de una amiga que se lo estabas guardando. Claro, y tu madre es monguer. #NO

Esta amiga tenía su cena de empresa, esas celebraciones donde todo el mundo bebe por encima de sus posibilidades y donde se comenten las infidelidades más sonadas. Hacía frío, mucho, trapicheaban con las copas como si fueran anfetaminas, allí nadie estaba de secano, todo el mundo con la copa haciendo copete. Cada minuto que pasa todo comienza a ser más confuso, tanto que al día siguiente nadie entiende cómo ha llegado hasta su casa sin perder la vida. 

JA-JA, JI-JI, JO-JO. Ya estamos en el lío, hay más romances en esta cena que en Melrose Place. Que si uno se da la mano con la de recepción, que si la de la unidad de eventos casada se está pegando el lote con el de comercial, que si me he morreado con seis, lo normal en estas cenas. Un putiferio, vamos. Con este marco, este escenario nada idílico bañado por ingentes cantidades de garrafón, la chica en cuestión sale del garito bastante tarde y se encuentra con uno de sus compañeros (hombre discreto en el día a día) en un banco tirado, en plan homeless, sin saber dónde estaba, ni en qué zona vivía. ¿Qué se le ocurre a la venao de la muchacha? Como no contesta a sus preguntas, sintiéndose fatal por tener que dejarle allí moribundo, decide que es una buena idea llevarlo a casa, a la suya, para que no se quede tirado en la calle con una brecha en la frente, que esto no lo había comentado. Sí, lo sabemos, es una mala idea, todas se lo hemos dicho. 

Al día siguiente toca volver a la vida real, la de la resaca y el ibuprofeno en vena. Se levanta y piensa: ¡¡¡Coño, hay un tío en mi casa!!! Salta de la cama, corre, va al salón, lugar donde aparcó a su "inesperado invitado" y ve que sigue vivo. ¡Y tan vivo, leches! El panorama era dantesco. La música del móvil retumbando reggaeton como si fuera un crucero a República Dominicana -¡Holaaa bebéeee! Voy hacer travesuras, esto es una locura y no me puedo contener-. ¡¡Coño, Romeo Santos en el salón!!


Él bailando como si fuera Ricky Martin en la final de la Copa del Mundo, aunque con una diferencia: estaba desnudo. DESNUDO. Sí, como Dios lo creó, en pizarrín, como su madre lo parió.  ¡Vuestro compañero ahí, en pelotas! Con todo al aire mientras to-do (todo, es todo) se movía al son de las notas de Nicky Jam (¿No sabéis quien es? Nosotras hasta este episodio tampoco).

La cosa acabó echando de su casa al bailongo invitado y él, como venganza o lo que fuera, hizo algo digno de alguien que no tiene a nadie en la nave de control. Tras buscar más que Marco a su madre llegó a la conclusión de que sencillamente no estaban, el tronao baila-reggaeton-pelotas al viento se había llevado sus llaves. estaba incomunicada en casa. Un drama del que ahora nos reímos, pero ese día... ¡¡¡¡Olía a muerte lenta y tiras de piel quemadas en la hoguera!!!! El lunes recuperó las llaves, pero él no recuperará nunca la imagen que teníamos antes de la escena de "Hola bebé". Ha jurado no volver a ayudar al prójimo, nunca. 

viernes, 30 de enero de 2015

Por cosas como estas hay que dejar a un tío


 

Anoche venía en un taxi y el señor taxista, muy amable, me contó muchas de sus batallas nocturnas. Me dijo que por más cosas que intente describirme, la realidad siempre supera a lo que mi imaginación pueda construir. Tiene razón. Y es que hay muchas maneras de liar un lío. No estoy hablando de que tu novio te llame una media de catorce veces al día, sino de montar un "pifostio" de los de verdad. Procedo.

Verano, viaje placentero de dos semanas a países extranjeros, sin una buena cobertura para poder matar el ansia de escuchar la voz de tu amante de Teruel. Sí, perdonad, estoy algo cursi. Solamente utilicé el Whatsapp para lo típico: vacilar, echar unas risas, mandar fotos... lo que hace la gente.

En el avión de vuelta casi me tiro en paracaídas para poder llegar más rápido a la T4 del aeropuerto, tenía más ganas de llegar que cuando corres una maratón. Estuve por pedir pilotar el avión, sin saber yo nada de eso. A ver, amigos, quería verle ya, sin demora. 

Aterrizo, llamo y me dice que tiene malas noticias. En ese momento pienso que un cortacésped le ha podido amputar los dedos de los pies a lo Mad Men o que un león marino se ha posado en la puerta de su casa y no puede salir. No, amigos, no es eso. Me anuncia que viene (a mi casa) con un amigo. ¡¡UN AMIGO!! ¿Por qué razón me hace eso? ¿POR QUÉ?

Me vende como un magnífico comercial que su amiguete está muy mal y que le da palo dejarle solo. Por eso, tiene la estupenda idea de no pensar, porque está claro que no pensó, y traerlo a nuestro estupendo fin de semana. Y yo, mala idea la mía, haciéndome la enrollada, cosa que no haré más... le dije que bueno, que vale. No tenía a nadie al volante cuando dije que sí.

Os diré que su amigo, le vamos a poner el nombre de Ramón, era el ser más plasta de Europa. El costra más costra de USA y un tonto del culo. Sí, me he quedado a gusto. Lejos de venir, cenar, tomar copas e irse, como buen entendedor, decidió quedarse todo el fin de semana. TODO EL FIN DE SEMANA. VIERNES-SÁBADO-DOMINGO-LUNES MAÑANA.

Levantó mis peores pensamientos de asesinato. No nos conocíamos de nada y lo primero que me suelta es que "lo único que le apetece es morirse". ¿Cómo es quedáis? Así me lo soltó, sin paños calientes, sin Lexatin de por medio. Solos él y yo en el salón de mi casa. Cogía mi ordenador sin permiso, estaba en calzoncillos sin pudor, hasta el punto de tener que decirle que tenía la bolsa escrotal a la vista, un drama total mi fin de semana.

La familia de caníbales de la Matanza de Texas era una puta broma al lado de mis deseos de matar. coger la batidora y arrearle en la cabeza, a Ramón y al capullo de su amigo. Y esperad, que no habéis oído lo mejor: se creía buen cantaor y recitaba a lo Lola Flores. Maldito petardo. 

Moraleja: Nunca más voy a hacerme la enrollada, será la tía rancia que no deja a sus novios traer amigos a casa, ni que fuera mi sofá el **** de la Bernarda. ¿Y sabéis lo peor? Que encima ha dicho que le caigo bien. Ahora no sé si tirar por el suicidio o la drogradicción. Hay cosas innecesarias: Paquirrín, la Troika, Ramón...